Guión: Craig Bolotin & Warren Lewis
Intérpretes: Michael Douglas, Andy García, Takakura Ken, Kate Capshaw
1989.
Nick Conklin y Charlie Vincent son dos policías de Nueva York a los que se les encargan la misión de escoltar a un peligroso asesino de la Yakuza hasta Japón. Pero, una vez en el aeropuerto de Osaka, el detenido se escapa. Los dos agentes no tendrán más remedio que colaborar con la policía local para intentar atraparlo, una peligrosa misión que los conduce a los bajos fondos de la ciudad nipona, donde se verán envueltos en una encarnizada guerra entre bandas rivales de la mafia japonesa. (Fuente: Filmaffinity.com)
Lo mejor: una historia interesante pero irregular, que destaca por el aspecto visual que le imprime un eficiente Ridley Scott, que siempre consigue imágenes poderosas y secuencias perfectamente engrasadas (aunque ya hemos hablado por aquí de la deriva impersonal de sus últimos trabajos). Decorados y ambientaciones muy logrados, en especial la de un Tokyo industrial, oscuro y callejero, con un reparto que se maneja bien (ojo a Takakura Ken, el policía japonés) en una propuesta razonablemente sólida.
Lo peor: un deje ochentero que no soporta del todo bien el paso del tiempo (esa música...). Algo convencional e irregular en general, le sobran algunos minutillos.
El momento: la conversación en el restaurante de fideos y la muerte de uno de los personajes principales (no diré cual).
Nota: 6
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